11 de marzo de 2007

Recuerdo





Hoy al abrir la ventana, una calma fuera de lo normal, reinaba en el ambiente y es que hoy, inconscientemente, el mundo ha recordado las vidas que quedaron sesgadas hace tres años.

Amanecía en la humilde ciudad, miles de personas despiertan de su letargo nocturno para afrontar la costosa rutina diaria; muchos cogen el coche, otros el autobús, otros van andando y otros cuantos optan por el tren. Son las 7:30; en el tren van estudiantes, trabajadores, gente humilde, honesta, honrada, como todos los días, la clase obrera... Y de repente... Un enorme estruendo, el tren a estallado, ha quedado destrozado, los ha pillado a cada uno en su mundo, cientos de personas han sido heridas otros muchos han sido muertos, restos humanos se acumulan en las aceras, cientos de voluntarios colaboran en el rescate, un país entero paralizado y mas tarde movilizado, la venganza ha tenido lugar, ha sido en España, en nuestra propia casa y a todos nos ha tocado.

No es cuestión de buscar culpables pero todos los dedos apuntan a un individuo, al que bien se le podría llamar grandísimo traidor, pues el pueblo te eligió para que nos defendieses y para que nos escucharas inutil, pero tus oídos estaban ocupados atendiendo las peticiones del grandísimo patán que ha liderado este absurdo conflicto, cuando deberías haber escuchado a tu pueblo, clamando y pidiendo con las gargantas destrozadas un rotundo NO A LA GUERRA.
Y ahora por tu estúpido instinto de gran estratega has sumido a tu pueblo en el caos y la desesperación que conlleva una masacre, una masacre sin razones aparentes pero con un fuerte principio, el error de unos mentecatos humanos.

Recuerdo el sentimiento de dolor en aquellos momentos, recuerdo los testimonios de las personas cercanas a los muertos, personas inocentes, sin ninguna culpa de nada, algunos con toda la vida por delante, con ilusiones puestas en un futuro...
Recuerdo once millones de personas echadas a la calle. Recuerdo que por una vez en toda mi vida no estaba sólo en un país atestado de vidas anónimas, que hasta ese día las creía ajenas a todo. Recuerdo la cara e identidad de los asesinos, que han intentado labrarse una figura histórica a costa de vidas humanas. Recuerdo sus iniciales: PP. Recuerdo sus caras en la derrota. Recuerdo su injusticia, y su talento para la mentira.
Recuerdo la ira, la impotencia, la rabia y el odio recorriendo cada centímetro de mi cuerpo; porque es el odio quien me dicta estas palabras, el odio de un pueblo entero levantado ante su gobierno, ante la indignación y el estupor de lo vivido y ante la falsedad de los líderes que nos tratan como marionetas movidas por las manos de un cerdo, totalmente corrompido por la avaricia y las ansias de poder y dinero.

Siempre os recordaremos, asesinos...

Y a vosotros también, donde quiera que estéis...

Víctor

Y recuerda: Todo esto es mentira...

No hay comentarios: